Era demasiado

Una mañana como ésta, hace un tiempo, despertaba después de pasar una de las noches más inolvidables de cuantas he vivido..Nos habíamos besado por primera vez hacía poco más de un mes y aquel fin de semana ella tenía que visitar mi ciudad. Por sus compromisos no pudimos vernos hasta bien entrada la noche del sábado..Me llamó diciéndome dónde estaba.. “No te muevas, que en tres minutos nos vemos..” le dije yo..Y en un santiamén me planté allí. Dios..Decir que estaba tremendamente preciosa es poco y de veras que no es exageración..Nos vimos, nos abrazamos y nos besamos como si fuese la primera vez que lo hacíamos..Tras ese inolvidable momento y mientras hablábamos de la incredulidad de vivirlo por fin, comenzamos a andar muy lento..Llegamos a un banco y nos sentamos..Nos dedicamos a conocernos un poco más, a conversar sobre nosotros, a contarnos lo que durante tiempo nos habíamos ocultado..Preciosa aquella sensación de no necesitar nada ni nadie más, de tenerlo todo por instantes, sólo por el mero hecho de tener sentado al lado aquello que quieres..Y sentados en aquel banco le dio por amanecer..En la despedida, la tristeza porque llegara el amanecer y la incertidumbre sobre el siguiente reencuentro..De aquella noche sólo queda su recuerdo, y el mensaje que me escribió a la mañana siguiente y que aún conservo como uno de mis mayores tesoros.. “Ya podían ser así todas las noches y por qué no, todos los días..”.. Desgraciadamente no lo fueron, y es que como dice Joaquín, pedirle a ese bombón que me quisiera, no les parece que era pedirle demasiado..?

(Y juro que no hay ocasión en que pase por esa plaza y no me acuerde de ella..)